ECUADOR – A medida que la industria de la construcción busca materiales más sostenibles, la madera se destaca como una alternativa clave frente a opciones tradicionales como el cemento y el acero, gracias a su capacidad para almacenar carbono y su menor impacto ambiental.

En este esfuerzo, Ecuador se perfila como un líder emergente a través de la innovación en la gestión forestal sostenible.
La empresa ecuatoriana Novopan está a la vanguardia de este avance, liderando desde hace una década un programa de plantaciones de eucalipto tropical en Buena Fe, provincia de Los Ríos. Mediante el uso de biotecnología forestal avanzada y técnicas de mejoramiento genético, la compañía ha enfocado sus esfuerzos en seleccionar árboles con rápido crecimiento, resistencia a enfermedades y gran adaptabilidad a distintos climas.
A través de métodos de macro y micropropagación, Novopan ha desarrollado más de 240 variedades genéticamente seleccionadas, pertenecientes a 14 especies e híbridos de eucalipto tropical. Estos árboles mejorados permiten una producción de madera más eficiente y uniforme, promoviendo al mismo tiempo la sostenibilidad.
“Trabajamos en árboles más resilientes y adaptables mediante biotecnología aplicada, seleccionando los mejores ejemplares naturales y reproduciéndolos para obtener individuos más fuertes y de crecimiento acelerado”, explicó Cristian Durán, gerente forestal de Novopan.
El uso de material genéticamente mejorado aporta beneficios clave: mayor captura de CO₂, optimización del uso del suelo, mayores rendimientos en plantaciones y generación de empleo en actividades de silvicultura y cosecha, impactando positivamente en las comunidades de la costa ecuatoriana.
Para marzo de 2025, Novopan habrá reforestado más de 7.500 hectáreas, de las cuales el 38 % corresponderá a especies genéticamente mejoradas. Este logro posiciona a Ecuador como una fuerza creciente en el sector forestal regional, con potencial para superar a referentes tradicionales como Chile y Brasil en tasas de crecimiento.
El eucalipto tropical se consolida así como un cultivo estratégico para el país, abriendo nuevas oportunidades para proyectos industriales vinculados a la madera, como la producción de papel, cartón y madera rolliza. Con estos avances, Ecuador avanza hacia un modelo forestal responsable que equilibra productividad y conservación ambiental.
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